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La ligadura endoscópica de várices de esófago es una técnica desarrollada para el tratamiento de las várices sangrantes de esófago, que ha demostrado ser efectiva con menor incidencia de complicaciones.
Los pacientes reciben la premedicación y cuidados de endoscopía de rutina. Se coloca el tubo protector al endoscopio con buena cantidad de lubricante, para realizar primero la endoscopía diagnóstica. Si está indicada la ligadura se desliza el tubo protector sobre el endoscopio introduciéndolo al esófago hasta que la boquilla quede colocada entre los dientes, quedando el tubo protector en el esófago, que va a facilitar el ingreso del endoscopio repetidas veces para ligar el mayor número de várices. Luego de realizada la ligadura se retira el endoscopio para colocar un nuevo cilindro con su banda elástica y continuar con el procedimiento. Ultimamente se han fabricado accesorios para ligadura continua que nos permiten colocar 3, 5 y hasta 6 bandas elásticas ingresando solamente una vez al esófago.